Así mismo aprendimos de las relaciones, donde la base para empezar era el gusto, la clave para mantenerse era la interacción (qué tanto se entienden) y la intención (sentimiento + ganas de seguir). Pero, luego mutaba: el amor se convertía en monotonía, cotidianidad… costumbre, y la intención en el cáncer de toda relación: la posesividad. La verdad no sé de dónde generamos esa idea, de dónde viene, dónde la vimos… pero nos volvemos posesivos. Esa persona es mía, y debe hacer lo que yo diga, debe estar siempre conmigo… SERME FIEL…. Como si la fidelidad fuera sinónimo de esclavitud.

Helen Fisher, autora de un estudio el cual asegura que El ser humano no está hecho para ser fiel, asevera que la fidelidad es un hecho cultural, mas no es una conducta propia del ser humano. ¿Por qué esto? Partamos de una de las bases de las relaciones: Amor. El amor es igual a fidelidad, la cual es asociada con la felicidad.

La infidelidad se asocia con la mentira, pero específicamente con el acto sexual, pues es este la representación máxima de cariño/afecto/amor que se puede expresar con una persona.

Hoy día, las relaciones carecen de amor, y abunda la “oferta sexual”, no estamos hablando de prostitución o cosas así. La llegada de internet mundializó el conocimiento de todo tipo, incluyendo lo relacionado con las relaciones interpersonales y el amor, en general. Antes el amor era igual a sexo, ahora el sexo y el amor pueden ir por caminos diferentes.

Antes para conocer a alguien tenías que salir, ya fuera a estudiar, trabajar… pero especialmente a lugares de “esparcimiento”. Cuando conocías a alguien, poco sabías de esa persona, sacabas su número fijo, como mucho, y las veces que pudieras llamar sin que en su casa, o en tu casa, les dejaran hablar, eran contadas. Se tomaba el tiempo para conocer a esa persona, soñar con esa persona. 2 meses, uno o menos para aquellos afortunados que vivían cerca y contaban con un poco más de recursos (no sólo económicos).

Hoy: Sólo necesitas una conexión a internet, y ya. En un par de horas puedes saber qué le gusta a una persona, con quién ha estado y qué espera… además de qué hace, cuántos años tiene, con quién vive y dónde estudia/trabaja. Después de 2 citas puedes tener fotos íntimas de la persona… conocerla, literalmente, por completo… ¡2 CITAS! ¿saben cuánto se tardaba antes en conseguir una cita?

Esto gracias a internet, pero no es todo. Gracias a él, también, podemos ver qué amigos tiene, con quién interactúa… y comunicarnos 24/7 con esa persona. Si antes había un sentimiento de posesividad, imagínense el de ahora… es como darle a un ñero blindaje, armas, estrategia e impunidad… ¡lo tiene todo! (Chiste)

Por ende, las relaciones de hoy son líquidas, porque el objetivo inicial de una relación, por lo menos desde que empezó la segunda década del siglo XXI, era el sexo. El beso era un gran paso. Ahora el beso es una bobada, y el sexo algo natural. Como ya es tan “sencillo” (natural) de conseguir, las relaciones estables pasan a segundo plano.

Tenemos conocimiento de lo peligroso de la posesividad, y la importancia de la libertad. Nos autoproclamamos libres, y así es y debe ser. Pero, curiosamente, esa libertad choca con esa educación emocional que adoptamos, pues cuando se tiene una relación, se empieza a ceder. El problema es que cuando una persona cede más que la otra…

Actualmente una relación se basa en el sexo… porque el amor es sinónimo de dolor, porque amar duele, porque amar cuesta, porque amar “no es negocio” … porque el que se enamora ¡pierde!

Por ende, la superficialidad, las ganas de estatus y popularidad, de ser la sensación entre sus amigos por que se levantó “al más bueno”, o a “la más buena”. Es curioso que a muchos jóvenes los mueve el tema del trabajo por comprarse lo último en moda/tecnología para poder impresionar a su círculo social, y no el hecho de trabajar para empezar a cumplir sus sueños.

Esa es la base que los jóvenes adquieren… cuando pasa el tiempo, quienes  aprenden, se dan cuenta que lo superficial es eso: superficialidad nada más. Que lo que cuenta es la personalidad, la actitud y sobre todo el talento: esa capacidad de salir adelante inspirando a los demás, sin necesitar de nadie más y sin pisar a los demás.

La comparación, principal enfermedad de la mayoría de personas, aporta a la inseguridad y eso afecta el ego y la autoestima. Y la manera de mantener eso “controlado” es controlando a la persona: “quién es él/ella”, “Por qué te escribe/habla así”…

Y ahora con internet, las fotos, los “likes”, los seguidores… las salidas, los tags.., y esa ansiedad de popularidad llevan a la inseguridad, la cual genera ansiedad y esta lleva a la infidelidad.

No sé si estamos o no hechos para ser fieles, pero sí creo que debería ser un efecto del cariño, del amor que se le tiene a la persona, es decir: algo VOLUNTARIO.

Si a usted le gusta el sexo sin compromiso, no se comprometa, sea claro. Puede que 9 de 10 l@ rechacen, pero así podrá hacerlo con la persona que está de acuerdo VOLUNTARIAMENTE a hacerlo de esa manera y no será tóxico aparentando un sentimiento que no existe, llenándose de experiencia en “mentirología” y deteriorando su imagen, para que, cuando quiera algo diferente, no le ofrezcan algo diferente.

Acéptese como es, deje los celos (inseguridad) de lado, y disfrute lo que hay.